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Accidentología Vial

Se entiende la accidentología vial como una ciencia básica y necesaria para mejorar la seguridad vial, dado que es el primer nivel de estudio sobre la génesis, el desarrollo y los efectos de esos fenómenos físicos complejos y heterogéneos que son los accidentes de tráfico. Por lo tanto es importante para la sociedad que la accidentología vial se practique correctamente, con libertad e independencia, tanto en el ámbito público como en el privado, dado que es necesario saber la verdad sobre lo que es y sucede en los accidentes de tráfico, porque sin ella es imposible desarrollar eficazmente la seguridad vial. Y las medidas y estrategias para conseguir mayor seguridad, no pueden alcanzar su objetivo si se fundan en la confusión y los errores de las apariencias y las conjeturas. La accidentología vial debe de auxiliarse de otras ciencias y/o disciplinas forenses y/o criminológicas que le permitan cumplir eficazmente su función.

Según lo anterior, los esfuerzos de la OIAV se centran en derivar hacia términos y puntos de vista científicos, esa arraigada tendencia a conjeturar en términos comunes sobre las causas de la accidentalidad y la seguridad del tráfico. Ofreciendo su colaboración a la sociedad y a sus instituciones, a fin de facilitar la posibilidad de trabajar eficazmente por esos bienes individuales y sociales que son la seguridad vial y la justicia.


Seguridad Vial

En la OIAV entendemos seguridad vial como “El estado de bienestar saludable en el libre y autónomo uso de nuestras calles y carreteras”. Según esto, la Seguridad Vial sería aquella que, reconociendo la innegable importancia de evitar accidentes y víctimas, ponga el acento en el acceso seguro, libre y autónomo (accesible) a los espacios públicos, urbanos e interurbanos.

Ahora bien, la seguridad vial es una parte de la seguridad, y ésta es uno de los principales indicadores de calidad de vida, por lo que mejorar la seguridad vial mejora directamente la calidad de vida en nuestra comunidad. Es preciso, por tanto, contribuir a una mejor comprensión del concepto de seguridad, huyendo de simples enfoques convencionales desde la ingeniería del tráfico (del vehículo y de la vía) y/o “educación de conductores”, cuestión esta última que actualmente se limita a cuestiones de tráfico y comportamiento en la conducción y está muy sometida a restricciones de tiempo y currículo.

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El Investigador

El investigador accidentólogo debe que ser un modestísimo aprendiz multidisciplinar, pero un experto en investigación, o sea, en identificar, relacionar y explicar conforme a los fundamentos y métodos de la ciencia, las cosas y las condiciones que confluyen en la configuración del sistema para alterar su movimiento y producir los fenómenos anómalos; ello exige una posición que difiere de la del científico o el técnico hiperespecializado, dado el carácter complejo y heterogéneo del sistema de tráfico viario.

Posición que busca explicar las condiciones de la configuración (las causas), que alteran el movimiento del sistema produciendo el fenómeno físico anómalo (el accidente), pero con la perspectiva integra y coherente que mencionamos (el todo y las partes), Pierre Teilhard de Chardin decía: “Se apasionan tanto por los ladrillos, que olvidan completamente el edificio que esos ladrillos constituyen”.